Si tu jefe piensa que solo porque estás haciendo home office estás a su disposición 24/7 y no sabes cómo ponerle un alto, nosotros te decimos cómo.

Hacer home office: Ahora que hacerlo se ha convertido en una forma común de trabajar, las fronteras entre tiempo personal y tiempo de trabajo se vuelven confusas. Resulta que aunque trabajes en pijama y desde tu sala, puedes estar trabajando mucho más que si lo hicieras desde la oficina. Aquí te damos algunos consejos para ponerle límites a tu jefe y evitar que te exploten.

Límites en tiempos de home office

Hacer home office puede ser muy cómodo, puedes dormir un poquito más por las mañanas o hacer las tareas del hogar mientras escuchas una junta. Pero a fin de cuentas, es probable que el multitasking te esté desgastando en vez de hacerte más productivo y que termines trabajando más horas. Llevando un registro de las horas que trabajas podrás darte cuenta de que en realidad, al tener un horario “abierto” estás trabajando de más. Si este es tu caso, te conviene checar cuál es tu horario oficial, o por cuántas horas de trabajo estás recibiendo un sueldo. Ya que lo sepas, procura apegarte a ese horario a capa y espada. Te conviene checar este artículo sobre cómo aprender a trabajar de manera inteligente.

Hacer públicos tus horarios es poner límites

Aunque sigas un horario, a veces el problema es que ni tu jefe ni tus compañeros lo respetan, te mandan lo que necesitas muy tarde o esperan que contestes sus mails a cualquier hora, incluso en fines de semana o durante tus vacaciones. Un buen tip para estas situaciones es configurar tu correo electrónico para que mande respuestas automáticas cuando no estés trabajando. Una simple respuesta como Estaré fuera de la oficina digital del martes 5 al domingo 11 de febrero. Revisaré y responderé tu correo en cuanto vuelva. Gracias por tu paciencia” (léase con cara de hipócrita jijiji) es información suficiente y te ahorra la lata de dar explicaciones personalizadas para que puedas disfrutar tu tiempo de descanso. Otra opción para no arrastrar tu trabajo al fin de semana es agregar a la firma de tu correo una leyenda que especifique tus horarios. Poner algo como “Los asuntos laborales serán atendidos en horas de oficina” será un recordatorio para que la gente no espere respuesta inmediata, y servirá para calmar tus ansias de checar tu bandeja de entrada a cada rato por todo el fin de semana.

Al hacer home office la hora de comida es sagrada

Otro pequeño rato libre que debería ser sagrado pero muchas veces no se respeta, es la hora de la comida. Cuando vas a la oficina, la hora de la comida es necesario para despejarte y recargar un poco la pila, pero al hacer home office esto cambia. Suele suceder que por estar en casa terminamos comiendo frente a la computadora. Si este es tu caso, te recomendamos salir a dar una vuelta a la calle. Aunque tengas comida en casa, dar una vuelta a la cuadra o sacar a pasear a tu perro te servirá para cambiar de aires y despejarte un poco. Y si tu jefe te pone peros, puedes decir que no tienes comida en casa y necesitas salir. A veces, hasta la excusa de sacar a tu mascota a hacer sus necesidades puede ayudar a que te den ese break.

La unión hace la fuerza

Otro momento que raya en la explotación laboral son las juntas larguísimas de horas y horas seguidas, muchas de cuáles podrían haber sido resueltas en un simple correo o una sesión corta si se hubieran organizado bien. La realidad es que este tipo de sesiones que se extienden terminan siendo poco productivas y sólo acumulan estrés y cansancio. Lo bueno es que a nadie le gusta pasar por esta situación, así que si tu jefe convoca a juntas larguísimas muy seguido, platica con tus compañeros y propongan alternativas. Podrían empezar por poner un límite de tiempo o asegurarse de que haya pausas para descansar un poco. Si todo el equipo se organiza, será más fácil que logren los cambios que necesitan.


Recuerda que una en cultura laboral libre de explotación participan todos, así que procura tu también respetar los límites y necesidades de tus compañeros. Todos tenemos derecho a disfrutar de nuestro tiempo libre. Y ya para terminar de quejarte a gusto, te dejamos este artículo de 7 Desventajas del home office que todos estamos sufriendo.