Es triste, pero de la noche a la mañana te convertiste en tus papás
Por: Victoria Soto
Cuántas veces no deseaste comenzar a vivir solo, ser autosuficiente, tener tu propio espacio y disponer de él a tu antojo. Ahora que lo has logrado disfrutas de tu logro y te sientes orgulloso; algunos días todo marcha bien, pero en algunas ocasiones, aparece el miedo, el estrés y las preocupaciones.
Y es que vivir con tus papás sin duda era – si no lo mejor- algo más fácil: menos quehaceres, menos complicaciones y sobre todo menos responsabilidades.
La idea de vivir solo era como ese deseo que los niños tienen por convertirse en mayores; se aproxima una aventura pero repleta de retos y algunas apuraciones.
¿Cuáles son esas cosas que antes de vivir solo te tenían sin cuidado? Aquí te dejamos un listado que quizá te deje un poco nostálgico.
- Hacer de comer. Desde que sales del trabajo comienzas a pensar en lo que tienes en el refrigerador y en lo que puedes preparate al llegar a casa. Cuando vivías con tu mamá ella se aseguraba de tener un guisadito -siempre uno distinto- para que cenaras rico mientras tomabas un descanso.
- Estar al pendiente de los pagos. Una vez que comienza el mes, tu cabeza se convierte en calendario, tienes presente tus gastos y las fechas de cada pago. Antes tu papá era el que tenía todo al corriente, luz, mantenimiento y muchos otros gastos. Ahora sabes que pasarte en las fechas, puede salirte caro.
- Quedar desempleado. Ahora que estás en el mood autosuficiente, valoras y cuidas más tu trabajo. Antes de pagar renta, podías darte el lujo de perderlo y tener unos días para reemplazarlo, ahora todo ha cambiado.
- Gastar de más. Una vez que comienzas a administrar tu dulce hogar, te das cuenta de los gastos innecesarios que debes recortar. Recuerdas a tu madrecita sabia gritándote ¡Si no usas la luz apágala! ¡No gastes tanta agua! o diciéndote que no compres en el súper cosas innecesarias.
- Estar atento a los detalles. Sales de casa repasando las cosas que no debes olvidar: Las llaves, apagar la estufa, desconectar aparatos, regar las plantas, dejarle su comida al Michi y un sin fin de puntos que no puedes olvidar. Y es que si antes olvidabas alguno sabías que en casa había alguien más para ayudarte y jamás pasaba a más.
- Ordenar tu espacio. Quizá no eras cochino (a) en la casa de tus papás, pero desde que vives solo tienes que estar más al pendiente del orden y la limpieza en tu casa o depa. Ya sea por salud mental o por aparentar ante tus visitas lo bien que te va como adulto independiente, siempre estarás atento a los días en que te toca lavar, trapear y planchar.