Aprender a meditar suena como algo bohemio y puede parecer difícil al principio, pero es una actividad que todos podemos hacer, ya sea tranquilo en tu soledad Grinch o junto con tu roomie como parte de una rutina antes de empezar sus actividades o al final del día.

La meditación es un entrenamiento mental a partir del cual podemos desarrollar la atención y plena consciencia –llamada mindfulness. Adoptar este hobby en tu estilo de vida permite que tus funciones cognitivas y tu sensación de bienestar se eleven (o sea, que te relajas un montón), además de que tus habilidades de inteligencia emocional, creatividad, memoria, empatía y atención al presente se ven potenciadas al meditar.  

Si eres de los que se distraen cuando pasa la mosca, no dejas de pensar en todos los pendientes que tienes por hacer y ya te diste por vencido antes de empezar, ¡no te preocupes! Te decimos cómo hacerlo.

Tú también puedes meditar siguiendo estos sencillos pasos: 

  1. Primero, elige la técnica de meditación que usarás. Hay técnicas muy diversas, con el tiempo y la práctica, decidirás cuál funciona mejor para ti. Te recomendamos algunas Apps para meditar que ocupan diferentes técnicas:  Headspace, Calm, Aura, Sattva, The Mindfulness App, Serenity y Simple Habit.
  1. Ponte ropa cómoda y busca un espacio tranquilo en el depa: tu cuarto, el balcón, la sala, la azotea o cualquier lugar donde puedas concentrarte si tu roomie te interrumpa (aunque puedes arreglar esto si invitas a tu roomie a meditar contigo).
  1. Siéntate en el suelo, en una silla, en tu cama o la superficie que prefieras pero mantén la espalda recta. Relaja tu rostro, hombros y brazos.
  1. Cierra los ojos y presta atención al ritmo de tu respiración.
  1. Piensa en silencio. Esta es la parte más difícil porque tenemos la idea de que el objetivo de meditar es “dejar de pensar” o poner la mente en blanco, pero no es así. Piensa, observa y acepta amablemente todo lo que te venga a la mente:  emociones, sensaciones, ideas, pero no te distraigas en ellos, solo acéptalos y obsérvalos en tu mente como si estuvieran dentro de una burbuja.
  1. No juzgues lo que sientes, piensas o escuchas. Acepta toda experiencia que venga a tu mente. Fluye, no te estanques en una idea, déjala seguir su curso. ¡Piensa en el agua! El agua que no fluye se queda estancada y se pudre. No seas como el agua estancada, no queremos que te pudras. 
  1. Finaliza tu sesión con calma (puedes poner una alarma suave para terminar con la meditación) y agradeciendo todo lo bueno y bonito que hay en tu vida. Lo ideal es aumentar el tiempo dedicado a la meditación progresivamente.
  1. Haz la meditación parte de tu rutina para sacarle jugo a todos sus beneficios. Tu cuerpo, tu cerebro y todos a tu alrededor te lo agradecerán.

Tips para aprender a meditar: 

  • Aprovecha los recursos  disponibles en línea (música suave de fondo o meditaciones guiadas).
  • Ya que tengas práctica y puedas mantenerte enfocado, no necesariamente tendrás que mantener los ojos cerrados.
  • Meditar por las mañanas, antes de actividades extenuantes y antes de dormir, mejoran tu productividad diaria.
  • Puedes meditar en cualquier momento. ¡Enserio! Mientras lavas tus trastes, mientras esperas el transporte o a que llegue tu roomie porque olvidaste la llave (otra vez), en la regadera, mientras haces la limpieza del depa… ¡las posibilidades son infinitas!
  • Puedes estimular tus sentidos con inciensos, velas aromáticas, aceites esenciales y texturas (tapetes afelpados, sillas suaves o tu michi ronroneando en las piernas).

¿Qué esperas? Tienes mucho que ganar y no pierdes nada con intentar. Ahora ya sabes cómo comenzar. No hay excusas, tu “yo” del futuro te lo agradecerá muchísimo (a menos que estés en la serie Dark, pero esa es otra historia).Si ya estás cuidando tu cuerpecito, anímate a hacer un detox digital para combatir el estrés de la chamba.